viernes, 26 de agosto de 2011

Los Implicados 5 - Príncipe Clovis de HOHENLOHE-WALDENBURG-SCHILLINGSFÜRST



El príncipe Clovis de Hohenlohe (en alemán Chlodwig zu Hohenlohe) pertenecía a una de las más nobles familias principescas mediatizadas por Napoleón, es decir una Casa reinante del antiguo Sacro Imperio Romano Germánico. La renovación del mapa europeo por Napoleón hizo que los Hohenlohe fuesen adscritos al recientemente creado Reino de Baviera en 1806.
El príncipe Clovis, nacido el 31 de mayo de 1819 en Rotenburg-an-der-Fulda, era tercer hijo del príncipe Francisco José de Hohenlohe-Schillingsfürst y de la princesa Constanza de Hohenlohe-Langenbourg. La cesión del principado de Schillingsfürst que hizo su hermano mayor Viktor hizo que pudiera titularse Príncipe de Hohenlohe Schillingsfürst y Príncipe de Ratibor y Corvey.
Clovis había casado en Rödelheim en 1847 con la princesa Maria de Sayn-Wittgenstein-Sayn, que trajo en dote a la familia enormes propiedades en Rusia.
Como muchos políticos de aquella época el príncipe Clovis profesaba un catolicismo de fachada, pese a que uno de sus hermanos, Gustavo Adolfo, era Cardenal de la Iglesia Católica aunque en desgracia debido a haberse opuesto a las conclusiones del Concilio Vaticano I, y especialmente al dogma de la infalibilidad del Papa. Sin ser anticlerical, Clovis era asimismo opuesto a la política del Vaticano y en esto podemos decir que comulgaba con Luis II.
Después de haber sido Primer Ministro de Luis II en 1866, Hohenlohe fue nombrado embajador del Reich en Paris, Clovis recibió al Rey de Baviera - acompañado de Richard Hornig - durante la Exposición Universal. Hohenlohe fue uno de los primeros en criticar subrepticiamente la conducta del Rey que causaba extrañeza en las cortes y los gobiernos europeos, especialmente en Berlín.
El canciller Bismarck tenía una confianza total en Hohenlohe.
El día del arresto y la posterior muerte del Rey, Hihenlohe se encontraba en París. Pero, influenció de alguna manera el posible asesinato del Rey?
Si bien es cierto que Hohenlohe se sentía muy poco bávaro, dado sus orígenes en el seno de una antigua casa reinante, desde su posición no mostró jamás abiertamente su oposición al monarca. Incluso sus "Memorias y correspondencia" publicadas en varios tomos, aunque no dejan de manifestar su inquietud por la conducta de Luis II, no deja entrever el menor desliz de querer acabar con quien al fin y al cabo era su Rey.
Qué podía ganar Hohenlohe con la muerte de Luis II?
Su carrera muestra que tras la embajada en París fue nombrado sólo en 1894 por Guillermo I Canciller del Reich, treinta años después de la muerte de Luis II. Si bien aquello nos muestra que nada tenía que ganar, tampoco tenía nada que perder ya que se había colocado en la órbita prusiana del Reich y bajo las órdenes directas de Bismarck quien, como hemos dicho, confiaba totalmente en él.
Si bien la personalidad de Luis II sorprendía y más de uno se sentía ofendido por lo que - pensaba - el Rey enfangaba la realeza con su comportamiento, Bismarck y Hohenlohe no podían sino regocijarse íntimamente que el Rey de Baviera se hubiese descreditado públicamente con sus obsesiones.
El príncipe Clovis Hohenlohe murió en Bad Ragaz, Saint-Gall, Suiza, el 6 de julio de 1901.

viernes, 1 de julio de 2011

Los Implicados 4 - Karl HESSELSCHWERT



Hijo de un postillón de la Residenz, Karl HESSELSCHWERDT nació en Munich el 6 de febrero de 1840. A los 16 años fue admitido a la servidumbre del príncipe Adalberto de Baviera (1856) para ocho años más tarde (1864) ser adcrito como postillón y palafrenero de Su Majestad. En 1866 fue finalmente nombrado oficial de los establos reales.
Lo interesante del personaje es que poco a poco, con el descenso de la estrella de Hornig, fue creciendo en la intimidad con el Rey, haciéndosele indispensable tanto como palafrenero como mensajero.
No se sabe hasta qué punto flanqueó con el Rey la barrera de las relaciones amorosas y/o físicas, lo caso es que suplantó a Hornig como intendente sin nombramiento en la Casa del Rey. Luis II lo envió de viaje a varios países, incluso á la corte Otomana, para pedir préstamos para la construcción de sus castillos.
Al comenzar la intriga que llevaría a la deposición del Rey, Hesselschwerdt - estando aún a servicio del monarca - prestó declaración ante la comisión de médicos, en las que no ahorró nada a la persona de Luis II, de hecho su declaración contribuyó a hundir - si acaso se podía más - la figura del Rey para declararlo finalmente incapaz.
La noche de Neuschwanstein, Hesselschwerdt estaba ausente. Luis II no volvería a verlo jamás.
Se ignora la fecha y lugar de su deceso.
Qué interés podía tener un palafrenero, por más íntimo que fuera, en la deposición de Luis II? Simplemente la oportunidad d estar siempre del lado del poder, del vencedor y del distribuidor de mercedes. Conociendo la trama de la intriga y los propósitos del gabinete ministerial, Hesselschwerdt se ausentó a propósito para evitar verse mezclado en una historia de la cual nada podría obtener, a no ser prisión y quizá condena.